Con la aparición de la pandemia de la COVID-19 en nuestras vidas, se ha generalizado el empleo de mascarilla casi a todas horas del día.
Si bien esta es una de las maneras más efectivas de evitar contagios, el uso de la mascarilla tiene efectos colaterales y alguno de los mismos se relaciona con la visión.
Hoy le contamos todo cuanto debe saber sobre la relación del uso de mascarillas y la vista, así como las mejores maneras para que pueda poner freno a las molestias.
El uso de la mascarilla influye en su salud ocular
Tras más de un año teniendo que convivir con el coronavirus, los síntomas de llevar mascarilla en los ojos se han materializado e incluso tienen un nombre: el síndrome de la mascarilla.
Para empezar, aquellas personas que emplean gafas van a notar muchas molestias a causa del vaho. Esto se produce cuando al exhalar aire caliente, este entra en contacto con el cristal frío y liso de las gafas, dando lugar a que estas se empañen.
Si no usáramos mascarilla esto no sucedería, puesto que la respiración normal expulsa el aire hacia adelante, no de manera ascendente como sucede al usar mascarillas.
Esto va a dar lugar a que si usted es usuario de gafas, deje de ver mientras sus gafas no se desempañan y del mismo modo existe el riesgo a caídas, accidentes.
Sin embargo, las gafas tradicionales son un buen método para prevenir el contacto con el virus, ya que este es susceptible de acceder a nuestro cuerpo al entrar en contacto con mucosas como son los ojos.
Además de esto, el empleo generalizado de la mascarilla es el causante de que en el último año haya habido un incremento en las personas que padecen afecciones oculares.
El síndrome del ojo seco y la mascarilla
Uno de los síntomas de llevar mascarillas en los ojos más frecuentes es el de desarrollar el síndrome del ojo seco.
A día de hoy todavía no se ha probado de manera científica, sin embargo aquellas personas que ya tenían el ojo seco han percibido como su afección empeoraba.
Esto sucede casi lo mismo que cuando uno está expuesto de manera continuada a ambientes con aires acondicionados altos o a áreas con vientos secos.
El síndrome del ojo seco provoca que la superficie húmeda de nuestro ojo, la cual debe estar lubricada por lágrimas, se seque con más facilidad.
El parpadeo se encarga de distribuir la lágrima de manera homogénea encima de la co´rnea y conjuntiva, ya que esta fina capa se seca cada 10 segundos y debe ser rehidratada.
Sin embargo, la exposición a chorros de aire caliente genera que dicha capa se seque antes de lo esperable, dando lugar a que los ojos se resequen.
Del mismo modo, el empleo de pantallas y dispositivos electrónicos en nuestros días ha hecho que ese síndrome del ojo seco aumente todavía más, ya que los ojos tienden a parpadear menos.
Los síntomas más habituales son la sensación de sequedad, picor, escozor, arenilla.
La mejor manera de reducir el impacto de la mascarilla en los ojos es ajustarla lo máximo posible el tabique nasal, para que no salga aire por esa zona.
Otra forma es girar las gomas laterales que se colocan en las orejas. Así va a conseguir que se cree una forma de expulsión del aire lateral, al sellar la parte superior e inferior de la mascarilla, dando lugar a que el aire no pueda salir de forma ascendente.
Lo más llamativo de este síndrome es que lo puede padecer cualquier tipo de persona, bien sea usuaria habitual de lentes de contacto o no, puesto que todos usamos mascarillas y nos enfrentamos a sus complicaciones a diario.
Formas de evitar molestias acarreadas por el uso de la mascarilla
Aunque en la actualidad debemos estar con la mascarilla puesta largas horas del día, existen maneras de ayudar a nuestros ojos a desconectar de los efectos adversos de la misma y evitar molestias:
- Hacer descansos
Cuando no se encuentre en su domicilio va a tener que llevar la mascarilla puesta, sin embargo lo mejor es que intente pautar las horas de uso que le da.
Según algunos estudios, lo mejor es no emplear la mascarilla más de 8 horas al día para evitar así complicaciones por su uso en exceso.
Desde Lentillas Si le recomendamos que cada dos horas busque la forma de poder quitársela durante un rato, siempre de manera respetuosa con la situación sanitaria, por supuesto.
- Mantener una higiene más estricta
Al usar la mascarilla, el vaho caliente va a ascender a sus ojos. Este ascenso de la temperatura puede generar que en las zonas de sus ojos tengan más facilidad de proliferación bacterias y gérmenes.
Para poder evitar esto, lo mejor es que extreme las medidas de limpieza en lo que respecta a sus ojos, sobre todo si es usuario de lentillas.
Le recomendamos que se lave y desinfecte las manos antes de manipular sus lentes de contacto, así como que se centre más en limpiarlas de manera exhaustiva.
- Aumentar el empleo de gotas oculares
La mejor manera de poner freno a los síntomas del síndrome de la mascarilla es que se acostumbre a emplear de manera regular gotas, las cuales restablezcan la capa húmeda de su ojo y le aseguren que va a estar cómodo durante más tiempo.
En nuestro catálogo puede encontrar diferentes tipos de gotas y colirios para los ojos, incluso en formato spray para que le resulte más sencillo emplearlos.
- Considerar el empleo de lentillas
Si siente que está padeciendo el síndrome de la mascarilla, tal vez debería dejar de usar sus lentes de contacto mientras no consiga controlar los síntomas.
Las lentes de contacto son seguras, no obstante los microorganismos se pueden depositar sobre su superficie.
Por supuesto, no podemos recomendarle en este momento que deje de usar lentillas mientras siga empleando mascarilla, ya que a día de hoy no se sabe hasta cuándo tendremos que seguir empleándola.
Lo mejor es que permita a sus ojos descansar más, usando menos horas las lentillas y combinándolas con el uso de gafas.
Aunque el uso de la mascarilla es un engorro, desde Lentillas Si le recordamos que es vital para que todos nos mantengamos alejados del virus y poder salir de esta situación lo antes posible.