La miopía es una condición visual que suele presentarse de forma frecuente en niños desde los 5 años de edad, con progreso de la misma en la etapa de la infancia y adolescencia, hasta llegar a los 18 años e incluso a los 25.
Quienes la padecen pueden ver claramente de cerca, pero se les dificulta el enfoque a cierta distancia. Atender esta condición es prioridad, por ello queremos informarte acerca de este problema visual, y que conozcas la forma de proceder cuando se trata de niños.
¿Qué es la miopía?
La miopía es un defecto de refracción en el ojo, que hace que su visión sea borrosa al querer ver los objetos que están lejos, mientras que los que están cerca lo aprecia con claridad.
La miopía está definida como uno de los defectos del ojo humano, que se produce cuando este se vuelve más largo de lo normal y la imagen que se desea enfocar se forma delante de la retina, o en otras palabras, no converge en la retina, lo que se traduce en una mala visión de lejos y una óptima visión de cerca.
¿Cuáles son los tipos de miopía?
Hay varios tipos de miopía, uno de ellos es la congénita que se refiere a la que se origina por causas genéticas, anomalías que ocurren durante el periodo de gestación o cuando el nacimiento del niño se produce antes de culminar el periodo de embarazo.
También se encuentra la miopía severa que se manifiesta con la degeneración del fondo del ojo y va progresando con el paso de los años, aunque se acentúa mucho más en la etapa de adolescencia.
¿Cuáles son los síntomas de la miopía en niños?
Los primeros síntomas que pueden presentarse en los niños están relacionados con dificultad para distinguir objetos desde lejos. Por ello, es habitual que los padres noten que estos entrecierran los ojos al tratar de enfocar cualquier imagen que se encuentre a cierta distancia.
Para detectar este problema de forma temprana, es importante llevar a los niños a la cita con un especialista en oftalmología, al llegar a los 3 o 4 años, pues esta es la edad donde ellos contribuyen con el examen de agudeza visual.
Y es que con esta evaluación se puede determinar si el niño está comenzando a desarrollar miopía, y poder así pautar el tratamiento adecuado a tiempo y sumar las posibilidades de su eficacia.
¿Por qué es importante atender la miopía en los niños?
Prevenir el avance de la miopía desde una edad temprana es fundamental, pues de no atacar a tiempo esta condición, al superar los 50 años de edad, los problemas visuales pueden agudizarse y convertirse en ceguera.
Y es que este riesgo es proporcional al número de dioptrías que presente el niño en edad temprana, es decir, una persona miope de 3 dioptrías tiene el doble de riesgo de padecer glaucoma, pero si la dioptría es de 10, las probabilidades se multiplican por 200.
Es por esta razón que la recomendación siempre será atender a tiempo este problema visual, y evitar que avance en lo que sea posible.
Afectación psicológica de niños con miopía
Ciertos estudios científicos se han dedicado a estudiar la psicología de los niños miopes, determinando que la opinión propia de su apariencia es de cuidado, al igual que la participación deficiente en actividades colectivas.
Y es que se pudo demostrar que el niño miope participa menos en ciertas actividades, como las deportivas, y tiende más a refugiarse en distracciones individuales que no requieren de la visión de objetos lejanos, como por ejemplo los juegos electrónicos.
Esto quiere decir que muchos de estos niños no están teniendo una buena calidad de vida según los test científicamente diseñados, y que esto podría contribuir a la aparición de problemas psicológicos.
Sin embargo, esto puede evitarse si se detecta a tiempo la predisposición a padecer esta condición, y que la evolución sea ralentizada.
¿Qué puedo hacer para evitar el aumento de las dioptrías en un niño?
Todos los padres con hijos que padecen de miopía acuden con esta pregunta a los profesionales vinculados a la oftalmología, pediátrica u ópticos-optometristas, obteniendo como respuesta que no hay nada que detenga esta condición.
Y es que los tratamientos actuales no minimizan el número de dioptrías de miopía, sino que actúan ralentizando la progresión de esta. Sin embargo, frenar su progresión es fundamental, y por ello iniciar de forma temprana con la utilización de lentillas especiales o cristales en gafas, diseñados para este fin.
¿Cómo saber si mi hijo tiene riesgo de padecer miopía?
Lo primero que debes hacer es pautar con el especialista una primera exploración oftalmológica, cuando el niño cumpla los 3 o 4 años, que es la etapa donde la detección se define como precoz.

Esta exploración es mucho más importante si en la familia del niño hay antecedentes de miopía o de cualquier problema oftalmológico. Además, en este primer encuentro con el especialista, también se obtendrá información y antecedentes médicos oftalmológicos que puedan determinar el riesgo de evolución de las dioptrías del niño.
Con estos datos, se puede definir la situación actual de la salud visual del niño y el riesgo evolutivo de la miopía, en caso de presentarse. Además, se podrá recomendar el tratamiento preciso, para luego realizar controles semestrales, salvo algún cambio que requiera revisar de nuevo el tratamiento establecido.
¿Puedo prevenir la miopía en niños?
No, actualmente no existe una prevención eficaz de la aparición de esta condición, pues en gran medida se debe a factores genéticos. Así que, si uno de los padres padece de miopía, el niño tendrá probabilidades elevadas de ser miope, y si ambos padres la padecen el riesgo será mucho mayor.
El grado de miopía que presenten los padres, también determina las probabilidades de heredarla los hijos, así que, si estos tienen miopía magna o de más de 6 dioptrías, el riesgo de tener hijos miopes es mucho mayor.
Otro elemento que supone un riesgo de que esta condición evolucione, es la exposición solar, sobre todo en edades tempranas del niño.
¿Cómo atender la miopía en niños?
Hoy en día son muchas las formas de atender esta condición visual, sin embargo, las más utilizadas son las lentillas y las gafas.
Las lentillas permiten corregir la miopía desde la infancia, y según diversos estudios cuenta con una efectividad del 54% de menos progresión.
Detección temprana de la miopía en niños
La mejor forma de aprovechar los métodos para controlar y atender una afección ocular como la miopía, sin duda alguna es la detección temprana.
Incluso si el niño no manifiesta dificultad en la visión al leer o hacer las labores escolares, es importante solicitar una cita con el especialista para realizar un examen rutinario de la vista, sobre todo si los padres son miopes o hay otros hijos con esta condición.