Las lentillas han llegado como una ola llena de posibilidades y formas de ver el mundo.
Se han convertido en las mejores aliadas para aquellos que en lo que a estética se refiere las consideran mucho más discretas que las tradicionales gafas, o para aquellos que por cuestiones de comodidad las eligen por encima de todas las opciones.
Y es porque las lentillas gozan de un atractivo versátil de tal magnitud que incluso las personas de mayor actividad como los deportistas se atreven a usarlas, principalmente porque a diferencia de las gafas estas logran proporcionar al ojo una visión más panorámica sin barreras, nítida, sin manchas ni halos, sin empañamientos.
Sin embargo, como bien las lentillas son inspiración de halagos también pueden convertirse en motivo de pesadillas si se les da un inadecuado uso, almacenamiento, limpieza e higiene. Uno de los errores más graves que suele pasar desapercibido frecuentemente con respecto a estos pilares, es la negligencia en el tiempo de vida de las lentillas.
Muchas veces se piensa que por estar las lentillas en contacto directo con el ojo estas deben permanecer allí estoicamente por tiempo indefinido. No se podría estar más equivocado al respecto.
Las lentillas, al ser un auxiliar ocular responden a rigurosos parámetros de salubridad, siendo estrictamente necesario su cambio cada cierto tiempo, ya que son susceptibles a caducar. De igual forma, es necesario tomar en cuenta los intervalos de descanso del ojo, sin lentilla, para cuidar al órgano de cualquier fatiga por un uso excesivo:
Horas de uso y descanso ocular
A pesar de que las lentillas puedan convertirse en un elemento imprescindible para cada segundo del día por su innegable utilidad y comodidad, hay que cuidarse muy bien de no excederse en su uso.
De acuerdo con los especialistas, se recomienda no usar lentillas más allá del rango de horas al día aconsejado por su especialista de la visión, ya que un uso excesivamente prolongado fatiga el órgano. Dejar descansar a los ojos es un punto clave para mantener la armonía con las lentillas.
De igual forma el uso de gotas para los ojos también es un buen complemento si la sequedad se hace presente durante el día. Al momento de dormir se recomienda retirar las lentillas si estas no son especiales para ello.
La frecuencia del cambio hace los tipos de lentillas
- Lentillas diarias: Son desechables, de un solo uso. Usualmente son más delgadas que las de uso prolongado, no requieren limpieza ni desinfección.
- Lentillas semanales y mensuales: Para uso frecuente, siendo reemplazables desde cada dos semanas hasta cada mes, por lo que es necesario una serie de cuidados rigurosos y habituales.
- Lentillas anuales: De uso continuo. Su fecha de caducidad puede variar entre los 6 meses hasta máximo 1 año. Requieren de una rigurosa limpieza y mantenimiento.
Sobre lentillas y consejos
- Mantén un control para el cambio de lentillas, recuerda que usar productos caducados podrían irritar los ojos. Marcar en el calendario las fechas pertinentes al final e inicio de cada ciclo resulta esencial.
- Establece una rutina de limpieza para evitar cualquier infección ocular.
- Lava y seca bien las manos antes de manipular las lentillas.
- Cambia el estuche y la solución periódicamente, ya que al igual que las lentillas, estos también contienen fecha de caducidad.
Ver el mundo a través de nuevos ojos, a todo color y en alta definición no tiene comparación alguna, es por ello que sin importar si las lentillas diarias son de tu preferencia o si las lentillas mensuales son las que se adaptan mejor al estilo de vida, es importante seguir al pie de la letra las indicaciones de higiene y salubridad para evitar cualquier contrariedad ocular